Ir al contenido principal

LA FILOSOFIA DE LA MEDICINA Y EL INDIVIDUO TRANSGÉNERO



James A. Marcum, en su artículo “Humanizing Modern Medicine” identifica puntos muy importantes concernientes a la naturaleza de la medicina y la relación que ésta tiene con la filosofía. Busca centrar la medicina en un espacio humanista e incluir el paciente en el proceso curativo, menos estrictamente biomédico, buscando que la mecánica de la medicina sea un proceso más dinámico entre la técnica o el hacer de un médico, y el sentir de un paciente (2008). Marcum en su artículo, “humanizando la medicina moderna”, dice que la relación entre filosofía y medicina tendría que ver más con la manera en que la medicina se alimenta de la filosofía y viceversa, buscando así un desenlace más reflexivo e incluyente en el momento de la toma de decisiones, donde el medico enriquezca su sabiduría científica con herramientas filosóficas que logren integrar su saber, su técnica y su pensar, construyendo así una relación más cercana entre médico y paciente, especialmente donde es obvio que la medicina podría chocar con ese paciente que esta fuera de lo que se conoce como normalidad, como es el caso del individuo transgénero.
Según Marcum, resulta problemático unir la filosofía y la medicina, teniendo en cuenta que podría ser concebida como filosofía y la medicina, la filosofía en la medicina o la filosofía de la medicina, tres relaciones entre la filosofía con la medicina que resultan completamente diferentes (Marcum, 2008). En este ensayo me centro en la filosofía de la medicina, teniendo en cuenta lo que dice Pellegrino y Thomasma, (citado en Marcum, 2008), en que la relación de la filosofía de la medicina se encuentra cuando lo clínico y lo filosófico se aplica en una metodología crítica y dialéctica de los temas médicos.
Tomando los conceptos que se manejan bajo la filosofía de la medicina, es de interés encontrar una respuesta que aporte a la relación entre medico paciente, aplicando esta relación al proceso de atención medica del individuo transgénero en la búsqueda de un efecto positivo en su salud integral y una correlación más cercana entre los objetivos médicos y las necesidades de un individuo transgénero, libre de un ambiente transfobico y con la necesidad de beneficiarse de una medicina más humanista e inclusiva, una filosofía de la medicina que pueda aportar un camino menos escabroso a un individuo transgénero que lucha por una relación más humanista y participativa.
En algún momento de la historia el individuo transgénero era un ciudadano más, sin la problemática social en que se encuentra en este momento. Entonces, ¿Cuál es la naturaleza de una medicina punitiva y excluyente hacia un individuo transgénero? ¿Cómo se podría lograr que la medicina acogiera al individuo transgénero desde un espacio menos excluyente y más participativo en la construcción de su cuerpo? La transfobia existe en la medicina, ¿Podría la filosofía de la medicina llegar a tener un efecto positivo en este roce que ha existido y sigue existiendo en Colombia y en muchas otras partes del mundo como se muestra a continuación?
Transfobia y Medicina
En una encuesta hecha en estados unidos por el Centro Nacional de la igualdad del Transgénero donde participaron casi 7,000 personas, se encontró que un 19 % de los entrevistados reportaron problemas de accesibilidad a servicios médicos por haberles sido negado el servicio médico, 28% reporto acoso y violencia de parte de las agencias de servicio médico, y un 50 % encontraron faltas de conocimientos en el cuidado médico del individuo transgénero por parte de los profesionales de la salud (Grant et. Al., 2010, p.1). Las estadísticas de Colombia podrían ser similares a las encontradas en la encuesta en los estados unidos y aunque no existen estadísticas tan precisas cómo las dadas por el Centro Nacional de la igualdad del Transgénero, sabemos que la marginación, discriminación y abuso existe por parte de diversas instituciones, incluyendo la salud pública, que por medio de su atención o cuidados básicos desde su red hospitalaria, se suma a los que ejercen agresión hacia el individuo transgénero en el momento de prestar sus servicios de salud. Este comportamiento usualmente se presenta durante la visita médica y ante testigos pertenecientes al mismo cuerpo de prestadores de servicios de salud, que prefieren ignorar o discriminar hacia el individuo transgénero, movidos por sus propios prejuicios incriminatorios que terminan en negar el servicio o prestar un servicio degradante. Según Yurani Flores (2014), son innumerables los escenarios y protagonistas de lo que él denomina como transfobia. En materia de salud, los funcionarios de hospitales, clínicas y centros médicos hacen evidente la inexistencia de protocolos para atender al individuo transgénero, creando barreras para el acceso a tratamientos, medicamentos y cuidados de todo tipo. La falta de garantías es hoy uno de los más graves limitantes para que esta población goce satisfactoriamente de los derechos que le asigna el estado.
Entre los aspectos que alteran los procesos de consulta médica y acceso a los servicios están incluidos la falta de atención a los derechos en salud, la ruta de acceso a los servicios de salud en el Sistema general de Seguridad Social de Colombia, el estigma y la discriminación asociados a la orientación sexual en el contexto de los servicios de salud, la baja cobertura de afiliación, la falta de preparación de los profesionales de la salud, el temor a recibir resultados positivos para la infección por VIH y la mala calidad de los servicios (Mejía, Benavides, S.F.). Tomando la idea de Marcum y aplicándola a la experiencia del individuo transgénero, como paciente, en su relación con la medicina, ¿Cómo se podría humanizar la medicina hacia el individuo transgénero?
William Stempsey (citado en Marcum, 2008), al igual que Marcum, conceptualiza la medicina como una sub-disciplina de la filosofía. El, ofrece un concepto más amplio de lo que es la filosofía de la medicina, diciendo que la filosofía de la medicina se encarga no solamente de temas de ética médica y doctor-paciente, sino que también se incluye una visión hacia la naturaleza humana, conceptos de salud y enfermedad, conceptos del cuerpo, evidencia de estándares epistemológicos, y otros. Partiendo de este concepto y entendiendo la relación que existe entre la medicina y el proceso de individuo transgénero se podría encontrar que la filosofía de la medicina podría ofrecer un camino más fluido entre la relación médico/individuo transgénero como paciente.
La Filosofía de la Medicina y el Individuo Transgénero
El concepto que tiene Marcum, Pellegrino y Thomasma acerca de la filosofía de la medicina se hace relevante en el momento de reflexionar acerca de los roces que siguen existiendo entre médico e individuo transgénero, sin importar la naturaleza de estos roces. La filosofía de la medicina podría ser de utilidad en un espacio en el que la toma de decisiones o percepciones personales de un médico son de vital importancia, no solo por la complejidad de los servicios de salud que se le practican al individuo transgénero, como son evaluaciones psiquiátricas, cirugía de cambio de sexo y estética, y tratamiento hormonal, sino también por esa concepción que sigue existiendo en la sociedad y a lo que se conoce como heteronormatividad. Se busca una mirada filosófica al proceso científico al que el individuo transgénero encuentra en ese camino en busca de reconocimiento y consolidación de su cuerpo, es un paciente involucrado en un tratamiento biomédico de importancia para su salud y bienestar emocional. La filosofía y la ciencia médica, pienso yo, es una unión inseparable y muy aplicable al individuo transgénero, pues importa mucho lo que el medico siente para sí mismo en el momento en que ejerce su técnica y las decisiones que toma parte activa de la reconstrucción de un cuerpo y/o una identidad nueva. La relación entre medico paciente puede reflexionarese desde la mirada de filosofía de la medicina en un proceso de construcción de género en el que lo mecánico y científico puede llegar a primar más que las necesidades emocionales de un paciente, y a lo que James L Nelson, en 1998, llamo la invasión del poder médico en la construcción del género (p.214), por haber el médico tomado un protagonismo de carácter paternalista y controlador, sin tener en cuenta la palabra de su paciente en el proceso de cambio de género. Quince años más tarde, 2014, el mismo Nelson propone que la medicina tiene que tener un protagonismo más activo en contra de la marginación y el abuso, evitando que el individuo transgénero siga experimentándolo en los precintos médicos, consultorios, clínicas y laboratorios donde se toman decisiones de salud pública (2014,p.5). Stephen Tyremen en su artículo, genera la posibilidad de un camino más productivo hacia la relación entre medicina e individuo transgénero, en su introducción Tyremen cuestiona el rol que el pensamiento crítico tiene en el experto clínico y como este rol es fundamental en la práctica de la medicina (2000, p.118). Tyremen se pregunta, si el pensamiento crítico es el que da un camino hacia la reflexión y por el cual podría la medicina pasar a ser más humanista en el momento de encontrarse en un escenario diferente a la heteronormatividad, pues según Barnet (1997) (Citado en Tyremen, 2000), el pensamiento crítico no tendría que limitarse solamente a la sabiduría o la técnica sino que tiene que ir más allá, en donde se encuentre la esencia del mismo ser, en ese plano donde se fusionan lo personal, lo religioso, lo social, lo político, estructuras de pensamiento que hacen que el mundo se vea de una forma particular y con una huella digital única (p.118). Es también con un pensamiento crítico, teniendo en cuenta lo que dice Barnett, que se reflexiona acerca del proceso de una medicina en el que el médico llega a ser un experto por sus conocimientos técnicos, por tener una concepción más realista de sus capacidades y sus debilidades, y por poseer una capacidad de evaluación contextual de un problema, para con esas capacidades tomar de sus decisiones (Tyreman, 2000, p.118).
Conclusión
Aristóteles marcó una distinción entre las buenas acciones y sus motivaciones las cuales tienen una conexión directa entre nuestras creencias y la forma en como nos proyectamos hacia el mundo. Él concluyo que:
Una acción puede estar correcta sin necesidad de ser virtuosa, pero no puede ser virtuosa si no se tiene la verdadera convicción. Una acción virtuosa tienen que tener la acción correcta y la motivación correcta. El agente… tiene que tener convicción cuando ejecuta sus acciones, él tiene que saber que sus acciones son virtuosas, tiene que decidir de cada una de ellas independientemente, y tiene que decidir en sus acciones con firmeza y sin posibilidades de cambiar de idea (Citado en Beauchamp & Childress, 2001, p.28).
Las convicciones personales, especialmente cuando estamos tratando con temas como los que vienen relacionados al individuo transgénero como paciente, y la medicina como protagonista de un cambio necesario para la vida de un ser humano, no se pueden, según algunos escritores de ética biomédica, basarse en teorías con tendencia obligatoria que remplazan juicios virtuosos del profesional en la salud con reglas, códigos y procedimientos que no necesariamente podrían producir mejores decisiones o acciones (Beauchamp & Childress, 2001, p.28). La relación que existe entre la medicina y el individuo transgénero como paciente, va más as allá del informe Belmont y sus cuatro principios, principio de autonomía, principio de no maleficencia, principio de beneficencia y principio de justicia. Cuatro principios de respeto a la autonomía que requieren que los profesionales de la salud estén capacitados para ordenar sus valores y creencias y para actuar sin intervenciones controladoras de otros. La relación medicina individuo transgénero tiene que ir más allá de un cumulo de reglas, protocolos, códigos, y clasificaciones basadas en un libro sintomatológico como lo es el DSM V . Se hace necesario que estas convicciones personales estén basadas en lo que James A. Marcum, en su artículo “Humanizing Modern Medicine nos sugiere, lo que Marcum, Pellegrino y Thomasma nos aportan, y lo que Tyremen en su escrito genera, todos ellos apuntándole a una medicina más humanista, una filosofía de la medicina, con un pensamiento crítico que no solo sea parte del experto, sino que el aprendiz llegue a tener la oportunidad de desarrollar sin ser experto.
Este seminario me obligo a pensar, que desde una mirada crítica la filosofía de la medicina entre sus tres opciones (Marcum, 2008), puede ser la más acertada en el momento en que esta interactúa con el paciente. Es la filosofía de la medicina una las vías reflexivas a tener en cuenta en el momento en que se respondan las preguntas que se han generado en este ensayo. Si es muy cierto, que la técnica del médico hace la diferencia en el momento en que el paciente necesita de ella, es también cierto que el paciente necesita de un espacio en el que su opinión y sus sentimientos sean partícipes activos dentro del proceso de intervención, cualquiera que sea esta. Un espacio libre de marginación y abuso. Veo la necesidad de una medicina más humanista y menos mecánica, especialmente en el mundo del individuo transgénero, porque el pensamiento crítico del médico y su sabiduría, ayudada por la filosofía hará la diferencia en ese encuentro interpersonal entre el médico y el paciente especialmente en un concepto comunitario y social que es complejo y cambiante (Garcia-Guerrero, 2007).

Bibliografía
Marcum, J. A. (2008). An introductory philosophy of medicine: Humanizing modern medicine (Vol. 99). Springer Science & Business Media.
Grant, J. M., Mottet, L. A., Tanis, J., Herman, J. L., Harrison, J., & Keisling, M. (2010). National transgender discrimination survey report on health and health care. Washington, DC: National Center for Transgender Equality and the National Gay and Lesbian Task Force.
Nelson, J. L. (1998). The silence of the bioethicists: Ethical and political aspects of managing gender dysphoria.
Nelson, J. L. (2014). Medicine and making sense of queer lives. Hastings Center Report, 44(s4), S12-S16.
Florez Aristizabal, Y. (2014). Cuerpos e identidades, entre estéticas y tabúes: una mirada hacia lo transgénero (Tesis de Maestría). Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia.
Mejia, A., Benavides, L.F. (S.F.). Barreras de acceso a servicios de salud de las personas lesbianas, gay, bisexuales y transgénero de Bogotá D.C. Alcaldía Mayor de Bogotá.
Tyreman, S. (2000). Promoting critical thinking in health care: Phronesis and criticality. Medicine, Health Care and Philosophy, 3(2), 117-124.
Beauchamp, T. L., & Childress, J. F. (2001). Principles of biomedical ethics. Oxford University Press, USA.
Garcia-Guerrero, J (2007) Filosofia de la medicina

Comentarios